Quiero compartir con ustedes la que va a ser la portada de mi primer libro. Se podría decir que es oficial, no quiero adelantarme a los hechos aun. El manuscrito está en estos momentos en las manos de las personas de la casa editorial, en Buenos Aires, que está interesada en la publicación de la historia que salió puramente de mi cabeza y mi corazón. Espero que el sueño de ver mi libro publicado y con esta portada se cumpla algún día. Todo apunta a que así será. (Tengo los dedos cruzados desde ya)

También quería informarles, compartir una mala noticia con ustedes. Es una noticia que, a mi particularmente, me afectó muchísimo. No sé como decirles esto, la verdad. Mi historia, la que escribí hace menos de un año, está inspirada en la vida de la verdadera Elena, no sé cual era su nombre completo, solo sé que se llamaba Elena.

La conocí en un centro de atención para pacientes oncológicos. Sé que se llamaba Elena porque el medico que la atendía la nombró en mi presencia, y digo que se llamaba, porque justamente hoy, 03 de junio de 2011, se cumple un mes desde que ella falleció. La verdadera Elena, no superaba los treinta años de edad, estaba muy enferma y realmente me tocó el alma cuando la vi, allí, sentada, esperando a que la atendiesen los médicos; estaba muy mal, al menos yo la vi de esa forma. Yo estaba esperando a que atendieran también a un familiar mío, muy cercano a que saliera de una sesión de quimioterapia. Me encontraba muy enojada ese día, lo recuerdo, lo recuerdo como si hubiese sido ayer, porque la imagen de esa mujer me impactó muchísimo, y yo no simplemente me quedé allí, enojada con mis cosas, preocupada por mis propios problemas, pensando que la vida es injusta conmigo y entonces la vi, allí sentada, esperando, como si nada sucediera, como si no se encontrara en el estado en el que estaba, como si no estuviese enferma, como si ya se hubiese resignado.

No sé por cuanto tiempo luchó con aquella enfermedad, sé por algunas fuentes, que al final decidió rendirse. No puedo decir que hizo bien o mal, porque realmente no sé. Y quise, es ahora que quiero, que esta historia sea conocida. Nació en mi cabeza, en una sala de espera, y quizá fue la verdadera vida de aquella Elena, y yo solo me encargué de contarla.

No me arrepiento de haberla escrito, porque yo solo quise expresarme de alguna forma; dejar implantado en una simple hoja de papel, lo que yo me imaginaba, el sufrimiento por el que podía estar pasando ella, solo eso. Y de lo único que realmente me arrepiento, es que jamás me acerqué a preguntarle ni siquiera como se sentía. Qué es lo que pensaba. No tuve el valor para decirle al menos un “hola”. Me arrepiento tanto de esto, me hubiese gustado muchísimo poder hablar con ella, poder decirle lo mucho que me dolía verla en ese estado, también decirle lo que estaba haciendo y dedicarle en vida mi libro, porque si yo no me hubiese cruzado con ella aquel día no existiría “Vida, pasión y amistad”, eso es seguro.

El libro completo está dedicado a ella, y no porque ahora ella ya no esté en este mundo físicamente, desde un principio fue de ella, y para ella. Realmente me habría gustado que lo leyera y me dijera que opinara.

Solo quise que supieran esto. Y perdón una vez más por no haberlo aclarado en su momento, desde un principio. Gracias a todas las personas que leyeron la primera y pequeña parte de lo que es una historia hermosa, y sobretodo gracias a la verdadera Elena. Te sigo queriendo como si realmente fueses mi amiga Elena y yo tu amiga Victoria.